Cambiando Paradigmas. Ken Robinson.

Actualmente todos los países del mundo están reformando su educación pública. Hay dos razones para esto: la primera es económica, la gente trata de resolver cómo educamos a los niños para que encuentren su lugar en la economía del siglo 21 ¿cómo hacemos eso? Considerando que no podemos anticipar cómo lucirá la economía al final de la próxima semana. Tal como lo demostró la reciente crisis. La segunda razón es cultural, cada país está tratando de entender cómo educamos a nuestros niños para que tengan un sentido de identidad cultural, y de esa manera pasar nuestros genes culturales a la comunidad mientras se es parte del proceso de globalización. ¿Cómo cuadrar este círculo? El problema es que tratan de llegar al futuro haciendo lo que hicieron en el pasado, y alienando de esa manera a millones de niños que no le ven el propósito de ir a la escuela.

Cuando nosotros íbamos a la escuela, la historia nos enseñaba que si trabajábamos duro y nos iba bien obteníamos un título universitario y luego un trabajo. Nuestros niños no creen en eso, y por cierto no están muy equivocados. Es mejor tener un título antes que nada, pero eso ya no es una garantía, y particularmente si esto te lleva a dejar de lado lo que para ti es importante.
Algunas personas dicen que tenemos que elevar los estándares, como si tratara de un avance. Y si, realmente deberíamos.
El problema es que el actual sistema educativo fue diseñado y concebido y estructurado para una época diferente. Fue concebido en la cultura intelectual de la Ilustración (siglo XVIII) y en las circunstancias económicas de la Revolución Industrial. Antes de mediados del siglo XIX no había sistema educativo público. Podías ser educado por los jesuitas, si tenías dinero. Pero la educación pública pagada por los impuestos, obligatoria para todos, y de distribución gratuita era una idea revolucionaria. Muchas personas la objetaron y decían: «No es posible que muchos niños de la calle y de la clase obrera se beneficien de la educación pública, no son capaces de aprender a leer y escribir ¿por qué malgastamos tiempo en esto?».
Así que esto también fue desarrollado sobre una completa serie de supuestos sobre la estructura y capacidad social. Dirigido por un imperativo económico de la época manejado directamente a través de un modelo intelectual de la mente, que esencialmente es la visión de la «inteligencia» de la Ilustración. La verdadera inteligencia consiste en nuestras capacidades de razonamiento deductivo, y el conocimiento de los autores clásicos y de sus nombres lo cual fue pensado como una «habilidad académica».
Y esto está en lo profundo de los genes de la educación pública; que realmente hay dos clases de personas: académicas y no-académicas, gente inteligente y gente no-inteligente. Y la consecuencia de esto es que muchas personas brillantes piensan que no lo son. Porque han sido juzgados por esta particular visión de la mente. Así que tenemos una doble columna: económica e intelectual. Y mi visión es que este modelo ha causado un caos en la vida de muchas personas; ha sido fantástico para algunos que se han beneficiado mucho de esto; pero la mayoría de la gente, no. En cambio, ellos sufren por esto.
El Síndrome de atención dispersa (trastorno por déficit de atención e Hiperactividad) no es una epidemia. Hay niños que están siendo medicados, tan rutinariamente tal como nosotros nos sacábamos las amígdalas en nuestro tiempo. Basado en los mismos caprichos y en las mismas razones médicas de moda. Nuestros niños están viviendo el período de estímulos más intenso de la historia de la Tierra (esto es furor en EEUU).Están siendo asediados por información que llama su atención, de cada plataforma (video juegos), computadoras, Iphones, de avisos publicitarios, de cientos de canales de televisión. Y por eso son penalizados, porque se distraen. ¿De qué se distraen? De cosas aburridas, la mayor parte, cosas de la escuela. Me parece que no es una total coincidencia que el incremento de TDAH (síndrome de atención dispersa) fue paralelo al incremento de los exámenes estandarizados. A estos chicos se les da Ritalin y todo tipo de cosas, con frecuencia, drogas bastante peligrosas, para que se enfoquen y se calmen. Es una «epidemia» ficticia.
Las artes se dirigen especialmente a la idea de experiencia estética, esto es, cuando nuestros sentidos operan en su máxima expresión; cuando estas presente en algún momento en el auto, cuando estás impactado por lo que estás viviendo, entusiasmado, cuando estás totalmente vivo. Y lo “an-estético” es cuando cierras tus sentidos, insensibilizándote ante lo que está pasando, y muchas de esas drogas para la atención dispersa son eso. Estamos haciendo transitar a nuestros niños por la educación, anestesiándolos. Y creo que debemos hacer exactamente lo contrario. No debemos encerrarlos, debemos despertarlos, sacar de ellos eso que llevan dentro.
Pero el modelo que tenemos es este. Creo que tenemos una educación que es modelada en el interés del industrialismo y a semejanza de éste. Les daré un par de ejemplos: Las escuelas están organizadas con bastante semejanza a las fábricas: toque de timbres, instalaciones separadas, materia separada especializada. Todavía educamos a los niños en grupos y los ingresamos al sistema por grupos de edad ¿Por qué hacemos eso? ¿Por qué ese supuesto de que lo más importante que tienen en común los niños es la edad? Es como si lo más importante fuera la fecha de fabricación. Conozco niños que son mucho mejor que otros niños de su misma edad en diferentes disciplinas o en diferentes momentos del día, o mejores en pequeños grupos que en grandes grupos, o aún por su propia cuenta. Si están interesados en el modelo de aprendizaje, no se comienza con una mentalidad de línea de producción. Es una mala conformidad, que va en aumento si miramos el incremento de estandarización de las pruebas y planes de estudio estandarizados. Y se trata de la estandarización. Creo que necesitamos ir en la dirección opuesta. Eso es lo que quiero decir cuando hablo de “cambiar el paradigma”.

Hay un gran estudio reciente sobre el Pensamiento Divergente publicado hace un par de años. El pensamiento divergente no es lo mismo que la creatividad. He definido la creatividad como el proceso de tener ideas originales, que tienen valor. El pensamiento divergente no es un sinónimo, pero ayuda. Es una capacidad esencial para la creatividad; es la habilidad de ver muchas posibles respuestas a una misma pregunta, muchas formas de interpretar una pregunta, de pensar en lo que Ed Bono llamó “Pensamiento Lateral”, de pensar no sólo de manera lineal o convergente, de ver múltiples respuestas y no sólo una.
El ”ejemplo del bacalao”, a la gente se le puede preguntar ¿cuántos usos se te ocurren para un pisapapeles? Es una pregunta de rutina. La mayoría de la gente puede dar de 10 a 15, la gente buena en esto puede dar hasta 200, y lo hacen diciendo: “¿puede ser de 61 metros de alto y de goma espuma?”. El test fue dado a 1500 personas, está en un libro llamado “Break Point and Beyond”. Y en lo práctico del test, si superaba un cierto nivel eras considerado un genio en el Pensamiento Divergente.
Mi pregunta a esto es: ¿qué porcentaje de la gente encuestada, de los 1500 tuvo el resultado de “nivel genio” para Pensamiento Divergente? La gente encuestada fueron niños de jardín de infantes. ¿Qué piensan? ¿Qué porcentaje de nivel genio? ¿80%? Ok. 90%. Ahora piensen que fue un estudio longitudinal. Así que volvieron a encuestar a los mismos niños 5 años después, de 8 a 10 años. En ese caso el promedio daba de 50%. Nuevamente los volvieron a testear 5 años después, de 13 a 15 años de edad y el promedio seguía bajando.
Esto nos cuenta una historia muy interesante. Se puede imaginar que todo va al revés ¿o no? Esto nos enseña dos cosas: primero, que todos tenemos esta capacidad, y segundo, que en su mayor parte, se deteriora. ¿Qué pasa con estos chicos cuando crecen? Mucho, pero una de las cosas de las que estoy más convencido, es que para entonces, se vuelven educados. Pasan 10 años en la escuela donde les dicen que hay una respuesta, y está al final del libro, “¡y no miren!, no copien, porque eso es engañar”. Fuera de la escuela, a eso se le llama colaboración, pero estamos adentro. Esto no es porque los maestros lo quieran así, sino porque simplemente pasa así. Es porque está en la “reserva genética de la educación”.
Debemos pensar diferente sobre la capacidad humana. Debemos superar esa vieja concepción sobre lo académico y lo no-académico, abstracto, teórico, vocacional y ver lo que es: UN MITO. Y en segundo lugar, debemos reconocer que la mayoría del gran aprendizaje sucede en grupos, donde la colaboración es la fuente del crecimiento. Si atomizamos a la gente, si hacemos que trabajen separados, creamos una especie de disyunción entre ellos y su ambiente natural de aprendizaje. Y en tercer lugar, es crucial por la cultura de nuestras instituciones los hábitats de nuestras instituciones y lo hábitats que los sujetos ocupan.