Cómo ayudar a los niños a enfrentar el divorcio de sus padres.

Los divorcios son cada vez más frecuentes en el mundo. Es frecuente escuchar hablar mal de los hijos de matrimonios divorciados. Pensando que el divorcio “per se” deja a los niños afectados y a la larga darán problemas de conducta. Pensar esto es un error. Lo que afecta a los niños de matrimonios divorciados es quedar atrapados en el conflicto de los padres. Con frecuencia los padres usan a los hijos como jueces para que dictaminen quién está bien y quién equivocado. Hablan mal del cónyuge en un intento por ganar favor de los hijos, por quedar bien con ellos. Pensando que los hijos van a decidir quién está en lo justo, quién está mal. Los hijos al tener que tomar partido deben ser desleales al otro padre y esto los deja terriblemente afectados.

 

 

¿Es común el divorcio?

Lamentablemente, el divorcio es común. Las cifras de divorcio van a la alza en todo el mundo encontrando cifras que van desde el 35% de divorcios, dejando en el mundo millones de niños con padres divorciados.

Si bien los niños de todas las edades enfrentan el divorcio de sus padres, este con más frecuencia afecta a niños pequeños en mayor grado que a hijos mayores. Pero lo que más afecta a los niños desde luego es cuando quedan atrapados en el conflicto de los padres.

 

Mitos sobre el divorcio

1. El divorcio siempre perjudica a los niños

Aunque es cierto que casi todos los niños se sienten tristes, confundidos o molestos por el divorcio de sus padres, la mayoría se adapta al divorcio, a la nueva forma de vida y no sufre problemas duraderos. Sin embargo a algunos niños les resulta más difícil adaptarse a la nueva situación.

Aproximadamente uno de cada cuatro niños experimenta problemas serios, como problemas emocionales o de comportamiento, dificultades en la escuela o con los amigos, consumo de alcohol o drogas.

2. Los niños nunca se acostumbran al divorcio

Las familias viven un duelo con el divorcio y necesitan uno o dos años para asimilar y adaptarse a la nueva situación. Después del  período de duelo, los niños logran su adaptación y siguen con su vida. La mitad de las madres y una parte menor de los padres dicen que se sienten más cercanas a sus hijos que antes del divorcio, que ahora la convivencia es más cordial y más cercana. Sin embargo, es importante que los padres puedan estar atentos a los síntomas que los problemas de adaptación pueden generar. Algunos niños continúan experimentando problemas mucho tiempo después del divorcio cuando son adolescentes y adultos. Más cuando los padres tampoco han logrado adaptarse a su nuevo estilo de vida.

3. ”No hay nada que los padres puedan hacer para ayudar a sus hijos a acostumbrarse al divorcio”

Los padres llegan al divorcio porque no pueden ponerse de acuerdo en muchas cosas. Pero es fundamental proteger la integridad emocional de sus hijos. Evitando hablar mal del cónyuge buscando la aprobación de los hijos. Evitar las discusiones y pleitos por asuntos de los hijos. Evitando descargar la frustración y coraje del divorcio contra ellos o frente a ellos.

 

 

Que podemos hacer los padres

 

Los hijos van a leer la vida en los ojos de los padres. Una madre deprimida, devastada por el divorcio propicia que su hijo quede atrapado en su sentimiento y no pueda usar su energía para adaptarse a su propia vida, intentando mejorar el estado emocional de su madre.

Cuando experimente enojo, frustración o tristeza explique a su hijo que no es por él. Los hijos tienden a adjudicarse las emociones negativas de los padres.

Pase con sus hijos más “tiempo de calidad”, es decir más tiempo compartiendo las actividades que a ellos les gusten. Busque tiempo para hacer juntos cosas que ambos disfruten, incluso si son unos pocos minutos.

Ría con ellos, hable de la forma como disfruta del tiempo que pasa con ellos.

Escuche a sus hijos. Permítales expresar sus sentimientos sobre el divorcio y hable abiertamente con ellos sobre las preguntas y preocupaciones que tengan.

Infúndales confianza a sus hijos, díga que el divorcio no fue culpa de ellos, que no es responsabilidad de ellos “arreglar las cosas” y que usted siempre estará allí para que ellos cuenten con usted.

Cuide la organización y disciplina. La falta de organización y adaptación de los padres a la nueva vida propicia que lleguen tarde por ellos, que la comida no esté lista, que las cosas no funcionen adecuadamente y esto genera desconcierto y ansiedad en los niños.

La disciplina es importante. Todos los niños deben saber cual comportamiento es adecuado y cual no. Los padres por la culpa del divorcio compensan volviéndose permisivos y eso confunde más a los niños. La disciplina les da control tanto exterior en sus conductas como interior en la emociones.

Establezca reglas y límites claros. Mantenga coherencia y constancia en la disciplina. Aunque a los padres les resulta particularmente difícil mantener la constancia durante períodos de mucha tensión, es precisamente en estos períodos cuando los niños precisan más límites y claridad.

Respalde la relación de sus hijos con su ex cónyuge. En casi todos los casos es mejor que los hijos mantengan una relación estrecha con sus dos padres. Nunca de respuesta a preguntas sobre el otro cónyuge. a la pregunta: “mamá porqué mi papá hace o dice…” la mejor respuesta es háblalo con él, pregúntale a él. Nunca use esas preguntas para hablar mal del cónyuge: “ya ves cómo es… por eso me divorcié de él…”

Evite triangular la organización con los hijos. Maneje las cosas directamente con su ex cónyuge. Establezca una comunicación directa con su ex cónyuge sobre las visitas y manutención de sus hijos, o cualquier otra cuestión. No utilice a su hijo como mensajero o intermediario.

Busque apoyo o ayuda. La única manera de ayudar a su hijo durante este período es asegurándose que usted dispone de todo el apoyo tanto emocional como apoyo para actividades con ellos.

Pídales apoyo a sus amigos, y a su familia. Recuerde tomar cierto tiempo para usted todos los días. Puede leer un libro, escuchar música, hablar con sus amigos, o simplemente pasar unos minutos en silencio. Usted debe prestarse atención durante los momentos difíciles que pasará con el divorcio, eso beneficiará a sus hijos.

 

¿Qué se debe evitar?Evite discutir con su ex cónyuge frente a los hijos.Evite criticar o hablar mal de su ex cónyuge.Evite preguntarles a sus hijos sobre su ex cónyuge, como pedirles detalles sobre su nueva relación amorosa.Evite depender de sus hijos para obtener apoyo o ayuda y manejar sus propios sentimientos acerca del divorcio.

Evite relacionar el mal comportamiento de ellos, con el divorcio o con su tristeza o enojo.

Evite usar sus errores para compararlo con su cónyuge: “Ya estás como tu padre…”

 

¿Cuándo debo buscar apoyo profesional?

Es normal que por cierto tiempo los niños tengan reacciones negativas frente al divorcio. Si los problemas de su hijo comienzan a interferir con su desempeño escolar o en la relación con sus amigos o su familia, es probable que está teniendo problemas para adaptarse al divorcio, busque grupos de apoyo o ayuda profesional.

El divorcio es un período de transición difícil, los programas para padres, los grupos de apoyo o la terapia con un psicólogo pueden ser de gran utilidad para resolver la situación que muchas veces se escapa de las manos.

 

LOS NIÑOS Y EL DIVORCIO

 

Hoy en día de cada dos matrimonios uno termina en divorcio y muchas de las parejas divorciadas tienen niños. Los padres que se están divorciando a menudo se preocupan acerca del efecto que el divorcio tendrá en sus hijos. Durante este período difícil, los padres puede que se preocupen por sus propios problemas, pero continúan siendo las personas más importantes en la vida de sus hijos.

Mientras los padres bien pueden sentirse o desconsolados o contentos por su divorcio, invariablemente los niños se sienten asustados y confundidos por la amenaza a su seguridad personal. Algunos padres se sienten tan heridos o abrumados por el divorcio que buscan la ayuda y el consuelo de sus hijos. El divorcio puede ser malinterpretado por los niños a no ser que los padres les digan lo que les está pasando, cómo les afecta a ellos y cuál será su suerte.

Los niños con frecuencia creen que son la causa del conflicto entre su padre y su madre. Muchos niños asumen la responsabilidad de reconciliar a sus padres y algunas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. En la pérdida traumática de uno o de ambos padres debido al divorcio, los niños pueden volverse vulnerables tanto a enfermedades físicas como mentales. Con mucho cuidado y atención, sin embargo, una familia puede hacer uso de su fortaleza o de sus factores positivos durante el divorcio, ayudando así a los niños a tratar de manera constructiva con la solución al conflicto de sus padres.

El hablarle a los niños acerca del divorcio es difícil. Los siguientes consejos pueden ayudar a los niños y a los padres con el reto y el estrés sobre estas conversaciones:

 

*No lo mantenga en secreto o espere hasta el último momento

*Infórmeselo a su niño junto con cónyuge

*Mantenga las cosas de manera simple y directa

*Dígale que el divorcio no es culpa de él/ella

*Admita que ello será penoso y desconcertante para todos

*Asegúrele a su niño que los dos todavía lo quieren y que siempre serán sus padres

*No discuta con el niño las faltas y problemas de cada uno de ustedes

 

Los padres deben percatarse de las señales de estrés persistentes en su hijo o en sus hijos. Los niños pequeños pueden reaccionar al divorcio poniéndose más agresivos, rehusándose a cooperar o retrayéndose en sí mismos. Los niños mayores pueden sentir mucha tristeza o experimentar un sentimiento de pérdida. Los problemas de comportamiento son muy comunes entre estos niños y su trabajo en la escuela puede afectarse negativamente. Ya sea como adolescentes o como adultos, los hijos de parejas divorciadas a menudo tienen problemas en sus relaciones y con su autoestima.

Los niños tendrán menos problemas si saben que su mamá y su papá continuarán actuando como padres y que ellos los seguirán ayudando aún cuando el matrimonio se termine y el padre y la madre no vivan juntos. Las disputas prolongadas acerca de la custodia de los hijos o la coerción a los niños para que se pongan de parte del papá o de la mamá les pueden hacer mucho daño a los hijos y pueden acrecentar el daño que les hace el divorcio. Las investigaciones demuestran que los niños se desarrollan mejor cuando los padres tienen la capacidad de cooperar para su bienestar.

La obligación continuada de los padres por lograr el bienestar de los hijos es vital. Si el niño muestra indicios de estrés, los padres deben consultar con su médico de familia o con su pediatra para que los refiera a un siquiatra de niños y adolescentes para que le haga una evaluación y les dé tratamiento. Además, el siquiatra de niños y adolescentes puede reunirse con los padres para ayudarles a que aprendan qué hacer para que el estrés del divorcio sea más fácil para toda la familia. La psicoterapia para los niños de una pareja divorciada y para los padres divorciados puede ser de gran beneficio.